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Libros que no deben faltar en tu memoria
LA VIRGEN CABEZA de Gabriela Cabezón Cámara
La Virgen Cabeza es un libro que te lleva por el aire. Los personajes se describen solos. Es la acción la que habla de ellos. Es un libro que te toma de la mano y te enseña a caminar por la nueva literatura argentina. No se puede obviar la influencia de los mayores en los escritores argentinos pero esta nueva generación a la que pertenece Gabriela tiene una impronta propia. Un estilo que sin dudarlo se lo podemos adjudicar a Cabezón Cámara y no a otra escritora.
Gabriela te lleva a vivir a la villa. La verosimilitud de la narrativa hace que te preguntes ¿será que ella vivió ahí y lo que está contando no es una historia real?
La Virgen Cabeza se trata de la pobreza y la marginalidad. De cómo viven los pobres en una villa, los travestis, los trans, habla del amor, del cuidado entre ellos, de la solidaridad. Habla de la igualdad porque cuando comienzas a indagar en la vida de los personajes te das cuenta que con dinero o sin dinero, todos los seres humanos estamos movidos por los mismos intereses, los mismos sentimientos, las mismas pasiones, las mismas razones de vida.
La Virgen Cabeza es una experiencia vital que no te la podes perder. No importa de qué trata el libro, la historia es una anécdota, vos dirás como toda historia, pero no. Podría haber sido otra historia porque en cualquier historia que hubiese escrito hay literatura. Literatura contemporánea. Literatura palpable. Cuando dejas el libro te dan ganas de volver a leerlo o correr a buscar los personajes a la Villa. Son tan semejantes a lo semejante que todos los humanos tenemos como universal que nos despoja de prejuicios y nos abre a un mundo desconocido que de ahora en más conocemos.
Es la historia de amor entre Qüity, una cronista de policiales, y Cleopatra, una travesti que se comunica con la Virgen, quien le dice todo lo que tiene que hacer.
La historia de una mujer heterosexual con una travesti en las que el amor florece como por arte de magia, lo que nos deja entrever que no hay fronteras y que los seres humanos en la única categoría que podemos encuadrarnos es, por ahora, en la de seres humanos.
Gabriela lo dice más claro, en una entrevista que Paula Jiménez le hizo en Página/12 : “Me parece que todos podemos hacer lo que se nos dé la gana y que el abanico de posibilidades es muy amplio, incluso más de lo que tradicionalmente se reclama en el movimiento GLTTBI, porque no hay ningún reclamo de parte de una pareja formada entre travestis y travestis y lesbianas (que si bien sabemos de pocos casos, seguramente debe haber muchos más). Implica, entonces, desarmar una vez más la heteronormatividad."
Hay dos momentos en el libro que nos hacen vibrar, nos ponen la piel de pollo, hace que suba un flujo endemoniado desde el estómago a la garganta cuando muere Kevin y cuando Quity le da un tiro a la chica quemada que le pide auxilio. (Buscalos en el libro)
La Virgen Cabeza es un retrato humano.
