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El nombre de la calavera.

La nueva literatura argentina: hoy Marta Dillon


Marta Dillon es periodista, editora de Las 12 en Página 12, suplemento de mujeres. Trabajó en diferentes publicaciones de nuestro país y publicó Santa Lilita , biografía de una mujer ingobernable; Vivir con virus, relatos de la vida cotidiana; y Corazones Cautivos, la vida en la cárcel de mujeres. Junto a su esposa, Albertina Carri fundó Torta la Productora responsable de tres obras audiovisuales: Visibles, 23 pares y La bella tarea.

Pero ningún currículum la define con la precisión que merece.

Lean esto: "Cuerpos concretos que amparan en su consistencia la amnesia de que un día también seremos nada para no perder el equilibrio, alumbrando esa certeza cada tanto cuando los órganos chilla, en el instante en que alguien deja de latir para listar enseguida las razones por las que no seria nuestra hora. Ella era también sólida aun desarticulada y sus fragmentos no hablaban de fragilidad sino de resistencia. Su regreso interpelaba y clamaba por un plural, no habría además sin nosotros agitando la mano desde la orilla."

Este fragmento es del libro Aparecida que cuenta la historia de una búsqueda, la de su madre asesinada y desaparecida por la dictadura militar argentina iniciada en 1976, y el hallazgo de sus huesos que no completaron siquiera un esqueleto.

Es una investigación, Dillon pertenece a la agrupación H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) y acompañó en todo el proceso de su largo recorrido de búsqueda al Equipo Argentino de Antropología Forense.

Es una crónica, minuciosa, precisa, verdadera, honesta, símbolo de la fuerza, la tenacidad, la agonía, la paciencia, el amor y finalmente la alegría, hacia el final del camino.

El fragmento del principio es poesía. Como lo es todo Aparecida. Uno podría imaginarse que por el tema que trata sería la crónica la diva en el relato. Es el género más fácil para abordar la narrativa abordada.

Sin embargo las metáforas, los símiles, lo abstracto en representación de lo real y concreto, y un lenguaje que poemiza (si se me permite el término) los hechos, hacen de este libro una maravilla de la literatura contemporánea.

Nadie podría haberlo escrito mejor porque en Marta además de pluma hay corazón, y formas de expresión que hacen suspirar, otras que te retienen la respiración, y te dejan sin aliento, y otras que mientras vas respirando la boca se te hace un círculo involuntario.

Aparecida es de esos libros que no podes dejar de leer. Lo llevas a todos lados, no hay minuto que perder. Te hace feliz cuando al fin la identidad queda establecida. Y cuando llega a su fin, se te llenan los ojos de lágrimas.

Con Aparecida "no habrá más pena ni olvido" (Frase del inolvidable Osvaldo Soriano).

Leelo.

 

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